martes, 17 de noviembre de 2009

¿Qué tipos de trastornos del lenguaje existen?


Son varios los trastornos del lenguaje y que afectan de una manera clara al trabajo escolar de los niños. La aparición de cualquiera estos trastornos limita en gran manera la adquisición de conocimientos del escolar al mismo tiempo que limita el desarrollo de su personalidad. De ahí la importancia que tiene su detección temprana, para poner los medios necesarios encaminados a su corrección. Atendiendo a la gran diversidad de trastornos que hay los vamos a dividir atendiendo a la siguiente clasificación:

  • Trastornos del desarrollo del lenguaje: disfasias/afasias; retraso específico del lenguaje; retraso simple del lenguaje; retraso del habla
  • Trastornos del lenguaje escrito: dislexia; disgrafía; disortografía; discalculia

Trastornos del desarrollo del lenguaje

  • Disfasias: se relacionan con una inadecuada y retrasada adquisición de lenguaje en ausencia de deficiencia mental, pérdida auditiva, problemas emocionales-sociales y deprivación medio-ambiental grave. Se aplica a aquellos niños que presentan un trastorno severo del lenguaje, tanto en la compresnsión como en la producción. Se caracterizan por déficit a nivel de comprensión, procesamiento y uso del lenguaje. Sueles asociarse a otro tipo de trastornos como atención dispersa, aislamiento, etc.
  • Afasias: es una alteración del lenguaje producida por una lesión cerebral, una vez que el niño haya adquirido el lenguaje, pudiendo ser sensorial o motriz Las afasias pueden ser de emisión o de comprensión, llamadas también sensoriales-receptivas o motoras-expresivas. Asimismo, pueden ser completas o incompletas, determinando así una afectación mayor o menor, incluyendo la escritura y cualquier otro modo de expresión
  • Retraso simple del lenguaje. Se trata de una disfunción del lenguaje de tipo evolutivo con desfase cronológico. Aparece en niños en los que no se encuentran alteraciones de tipo intelectual, relacional, motriz o sensorial, aunque afecta a más de un módulo del lenguaje, en especial a la fonología y la sintaxis. Lo más normal es que se presente como una insuficiencia del aspecto lingüístico a nivel expresivo, comprensivo y articulatorio

El retraso simple se da en niños que no presentan, por lo tanto, ningún tipo de patología, pero que por cualquier cicunstancia tardan más tiempo en alcanzar la comprensión del lenguaje. Parece ser que se da más en niños con bilingüismo. Con una buena intervención del logopeda este retraso se corrige con cierta facilidad, logrando que el niño hable correctamente a los cinco o seis años.

Algunas de las características que presentan los niños están relacionadas con dificultades en la comprensión de órdenes sencillas, poseen un escaso vocabulario, presentan dificultades en la lateralización y una escasa función lúdica del lenguaje.

  • Retraso específico del lenguaje. Es un trastorno específico del desarrollo en el que la comprensión del lenguaje por parte del niño es inferior al nivel adecuado a su edad mental. Suele ser relativamente frecuente que en este tipo de retrasos exista un deterioro notable de la expresión del lenguaje, así como alteraciones en la pronunciación de los fonemas. Por regla general son niños que inician el lenguaje a una edad tardía, en torno a los tres años. Algunos autores lo incluyen dentro del grupo de las disfasias.
  • Retraso del habla. Se trata de una afectación transitoria del habla que no está ligada a ningún tipo de deficiencia mental, ni a déficit auditivo, ni a trastorno de la personalidad. Es uno de los trastornos más frecuentes relacionados con el lenguaje y aunque apenas si tiene repercusión en la evolución del niño. Los niños que tienen este tipo de trastorno suelen comenzar a hablar en una edad cercana a los dos años, y con la ayuda de un logopeda puede alcanzar un nivel lingüístico normal.

Este retraso y sus desviaciones aparece entre el 3 y el 10% de los niños menores de 6 años y según los distintos autores que lo han estudiado suele aparecer en niños con antecedentes familiares en el retraso del habla o en aquellos que tienen una base patológica clara. Sólo en este segundo caso el trastorno se asocia con: un retraso mental o parálisis cerebral, el autismo, déficits auditivos como la sordera congénita y las afasias o disfasias.

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